Astazus y Pedido desde Pineta

El fin de semana del 20 y 21 de julio un grupete de sarrios (María, Marco, Luis y un servidor) acompañados de Moli, un amigo de Marco y María, y de "Poncho y Chula" que para quienes no los conocéis son los perricos de María y Marco, que ya llevan más de 30 tresmiles en las patas cada uno.
salimos de Pineta con la idea de dormir en Marboré y hacer algún pico.
Salimos el sábado de Pineta sobre las 10 y en algo menos de tres horas nos plantamos en el balcón de Pineta, como siempre que estoy allí me quedé boquiabierto con la belleza de la montaña, el glaciar de Perdido sobre nosotros, el lago aún helado de Marboré.....
Plantamos las tiendas en una de las terrazas y después de comer y tumbarnos un rato, sobre las trtes y medis salimos hacia los Astazus, la tarde pintaba fea, con la tormenta sobre el collado de Añisclo, pero en la parte francesa se veís despejado, así que nos animamos.
Sin peso se sube rápido y en algo menos de dos horas ya estábamos los 7 en la cima del Astazu Oriental, foto y a toda pastilla al occidental que los truenos ya se oían cerquica, y a bajar a toda pastilla a las tiendas.
La noche oscura, nublada y medio lluviosa dio paso a un amanecer limpio y sin una nube, a las 6 ya estábamos arriba y a las 7 empezábamos a encarar las rampas que nos llevan al paso de la rimaya, trepada en la chimenea, donde hay que encordar a los perros (La Chula nos dio un buen susto, quiso seguir a Marco cuando trepaba y se cayó por una laja casi 5 metros, pero no se hizo nada mas que el susto)
Pasamos el glaciar que este año tiene muuucha nieve y desde el collado del cilindro a empalmar con la romería que sube al Perdido por la normal, ratico en la cima y a bajar antes de que se animen un grupo de unos 30 navarros que van juntos.
De bajada ya va cambiando el tiempo y eso nos desanima a intentar el Cilindro y decidimos bajar a desmontar las tiendas antes de que se mojen.
Justo llegamos a la acampada cuando empieza a llover y granizar y la bajada a Pineta es mas el descenso de un barranco que un sendero, llueve y graniza a mares, los truenos y rayos nos caen muuuy cerquita, tanto que varias piedras pasan volando por delante de nosotros.
El cruce de los arroyos se convierte en una odisea, bajan ríos con una fuerza tremenda donde ayer no era mas que un hilo de agua, tanto que nos tenemos que atar para cruzarlos pues nos da miedo que nos arrastre el agua. Tenemos que ayudar a bajar a varias parejas de escursionistas que no se atreven a cruzar las torrenteras y calados hasta los huesos llegamos a los coches.
Ya tenía yo ganas de hacer montaña con botas y piolet, cuerda y crampones y sobre todo con paz y sin prisas y con buenos amigos.
¡Una gozada y una aventura!

algunas fotos...

FOTOS AQUí.